Crónica del Tercer Campoemato de Improversación

por Rodney Da Silveira, cronista improvisado

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Algunas de las mejores tomas se deben a la cámara generosa de Estefani Velázquez

En la jornada de ayer, cuando por la calle Ledesma resbalaban los últimos rayos grises de un sol debilitado, un corrillo de individuos de sospechosa catadura hacía puerta en la esquina de Acuña de Figueroa, allí donde la ciudad de Maldonado homenajea al eximio autor de la “Apología y nomenclatura del carajo.” Los individuos, casi todos orientales y casi todos mayores de edad, masculinos y femeninos de iniciales diversas, se aprestaban a ingresar al Centro Cultural Miguel Ángel, perteneciente a Amec, hermosa sala cuyo gerente Sebastián Núñez había puesto generosamente a disposición de una nueva aventura carretillera.
Los poetas convocados, así como el jurado y el nutrido marco de público, ocuparon prestamente sus posiciones en el campo de juego, excepción hecha de dos de las concursantes, regidas ellas por el huso horario mexicano. Integraban la grilla competitiva Gabriela Jiménez, Magui Torielli, Cindy Fernández, Diego López, Federico Pereira, Federico “Colmillo” Servetto y Gabriel Di Leone. El Honorable Jurado, por su parte, contaba con el concurso de Constanza Liebe, Valeria Chans y Pabloca Rretilla, este último portador destacado del glamour de la mesa. En la conducción, debutaba Lucía Llera.
A un ritmo implacable, se fueron proponiendo los temas: la carretilla y la campaña electoral, legalización, la educación en el baño y cómo despedirse del gran amor. Durante los lapsos en que los concursantes se desgañitaban escribiendo, el público también hacía lo propio, valiéndose fundamentalmente de la técnica del cadáver exquisito, lo cual fue especialmente significativo cuando uno de los asistentes se encargó de leer el texto dedicado a “la educación en el baño”, performance que llevó a cabo acuclillado en la posición de capoeira conocida como “cagando no mato”.
Las participaciones de los poetas en puja rayaron a gran nivel, demostrando la capacidad para salvar los escollos planteados por la organización. El jurado dio como vencedor al señero profesor Gabriel Di Leone, que las colgó todas del ángulo, y como segundo a Diego López, destacado histrión, con lo que ambos se ganaron sendos ejemplares de vinos Toscanini. El público, por su parte, premió la fuerza rapera de Federico “Colmillo” Servetto, quien agradeció con una reverencia tan pronunciada como el eructo que cerrara uno de sus textos.
Como nota de color, que pinta los rasgos tristes de la literatura y la soledad de los que llegan al primer lugar, se vio caminar lenta, solitaria y finalmente a Gabriel Di Leone hacia su hogar, rodeado de las pullas del público y de los perdedores. Según comentan fuentes confiables, el laureado vate se encontró con dificultades para ingresar a su domicilio, en virtud de que su familia en pleno se encontraba parapetada delante de una pantalla de televisión en la que se transmitía la entrega de los premios Grammy latinos.

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